jueves, 31 de enero de 2008

Medina Mayrit

O el timo del siglo...

Allá que fuimos con toda nuestra ilusión a celebrar por todo lo alto la pre-nochevieja. Kit completo "Las mil y una noches". Con ese nombre parecía que nada podía salir mal, pero al final resultó ser que casi nada salió bien. El kit consiste en un baño en las ¿termas? en fin... Un masaje ¿relajante? en fin al cuadrado... Y lacena con ¿espectáculo? en su restaurante. Vayamos por partes.

Respecto al baño, antes de bajar a la zona "acuática", esperas una inmensa cola y escuchas una charla de "bienvenida" (no desvelo la sorpresa) para aquellos que sea su primera visita (lo ideal cuando vas a un sitio a relajarte), te dan una toalla, las pulseritas que tienes que llevar en la muñeca o brazo todo el rato y te insisten en la importancia de guardar silencio durante todo el baño avisando de que quien moleste puede ser invitado a salir. Luego has de despojarte de tus pertenencias en los vestuarios, bastante pequeños cuando se mete toda la clientela del turno a la vez y con los wc's algo sucios para ser el sitio que es, y dejarlos en una de las taquillas que funcionan con moneda de euro, que si no llevas te jodes y lo buscas, con lo fácil que sería darte de paso, con todo lo inicial, una fichita de taquilla y no andar volviendo loco a nadie. Ya, para empezar, con el tema de las moneditas, bajamos más tarde, por supuesto, descalzos, porque no se puede bajar en chanclas, ahí cojas lo que quieras...

Bien, por fin en los baños, hay una sala de baño turco muy cargada, una piscina de agua ardiendo, una de agua templadita y otra de agua tan fría que no puedes más que entrar y salir y algunos no podemos ni eso, fue como si me cortaran con cuchillos, cualquier cosa menos saludable. A todo esto, esa piscina de agua fría está situada a una altura de, sin exagerar, 80 centímetros, lo más inaccesible posible para personas con problemas de piernas y/o espalda que podría venirles bien ese tipo de terapias de agua fría-caliente para la circulación y sin embargo se tendrán que quedar con las ganas. En general, los escalones de las instalaciones son altos, es decir, incómodos. Por otro lado, el respeto al silencio que tanto exigen a la entrada se queda en agua de borrajas, ya que la mayoría de la gente hace caso omiso, las paredes generan un eco ensordecedor que ayudan a que en vez de relajado salgas más alterado de ahí y no hay absolutamente nadie perteneciente al complejo al tanto de mantener el orden o velar por la seguridad y comodidad de los clientes. Es más, van llamando para el masaje por turnos y, a voz en grito sueltan "¡del 21 al 26 para masajeeeeee!", todo relajación... Decir también, que en las "piscinas" hay gran escasez de chorritos de agua y te tienes que contentar con parar en alguno de vez en cuando. No esperaba un jacuzzi, pero si algo más terapéutico. Algo que está bien ahí es el detalle de poner una fuente de agua y otra de té. La segunda, ubicada en la llamada "zona de descanso" que parece más un bar de copas que una sala de descanso, con dispensador de vasos, pero hay que decirlo: ese té ¡no hay quién se lo beba! Y mirad que bebo tipos de té, siempre sin azúcar, sabor en bruto y me encantan, pero eso era veneno en vaso de plástico. En la fuente de agua normal, no había vasos, allá te apañaras.

Pasado todo esto, nos reclaman para el masaje, que es bien distinto según te lo dé una u otra, y porque no contrastamos más opiniones, que si no seguro que salen más posibilidades. A mí me preguntaron si quería espalda, piernas o ambos; a Isaac directamente le tumbaron y se lo dieron solamente en la espalda. Menos mal que estábamos "en confianza", porque me tuve que despelotar allí mismo (un bañador deportivo no es lo más recomendable a llevar puesto para recibir un masaje, con lo cual te lo tienes que quitar de arriba), y lo pongo entre comillas porque sí, estaba Isaac, pero también estaban otras tres tipas de allí. Pudores fuera, empieza el masaje, la verdad es que se puede decir que fue lo mejor del kit, pero aun así, salí de allí con el pelo bañado en aceite (masaje de espalda y piernas no es cabeza y pelo, pero en fin... Igual le molé a la mujer, ¡nunca se sabe! XDD). Lo que está claro es que mi masaje y el de Isaac no tuvieron nada que ver y, como consejo, si a pesar de todo vais a perder dinero allí, huid de la muchacha de pelo corto de la sala de masajes de abajo, quedaos con eso.

Sal de ahí, con la misma toalla llena de agua y aceite, y vete al vestuario a secarte. Cuando llegué, ya llevaba allí la gente un rato y estaba todo empañado, el ambiente húmedo y el suelo mojado. Los secadores no valen ni para tirarles piedras y los espejos son de lo peor que he visto.

Acabada la aventura en la zona ¿¿¿de relax??? Intentamos dirigirnos hacia el restaurante, para lo cual tienes que pasar el mogollón de gente de la puerta que espera para entrar en el siguiente turno y salir a la calle. Sí, a la calle y con el pelo mojado en pleno mes de diciembre, porque aunque lo intenté secar, hasta pasado año nuevo no habría conseguido nada.

Mesa "reservada", la que les dio la gana, que no nos moló nada y estaba coja, que cada vez que abrían la puerta entraba más frío del que ya había en la sala, y no sólo por mi pelo mojado, era una sensación general salvo para el camarero que encima se iba a la puerta y abría porque tenía calor. La primera sorpresa nada más sentarnos fue ver que teníamos un papelito del menú y una carta de vinos. Bien, ¿quién nos había avisado de que íbamos a comer un puto menú cerrado que no habíamos acordado con nadie? Efectivamente, nadie. ¿Que tienes alergia a los garbanzos? Te jodes. ¿Que pides que te los cambien por otra posibilidad? Te dicen que van a preguntarlo, ni te resuelven si sí o si no y te traen la crema de garbanzos te guste o no. Todavía estamos esperando que la camarera venga a respondernos o a excusarse de que no existe posibilidad de cambio que iba a preguntar en cocina. A todo esto, no sé como podían oírnos, porque el nivel de la música era ensordecedor, y no es que fuese música especialmente ambiental, tipo árabe, sino de tipo "ey meeeeen! Yeaaaaaah!" que no llegué a comprender. Cuando se pispaba, el camarero cambiaba y ponía el tema árabe, pero de buenas a primeras saltaba de estilo otra vez.

El tiempo que nos tuvieron esperando entre el primer y el segundo plato fue bestial, y el pan de pita más pasado que ellos. Luego, el "espectáculo", en el que una niña que no debía pasar los 19 años de edad, tirando por lo alto, hizo algo que nos quisieron meter como danza del vientre que no era eso ni de coña, pero quedaba bien con los golpes de la música, música que si ya estaba alta antes, eso ya era insostenible. Eso sí, muy risueña ella.

El segundo plato, pollo con limones, limones que pretendían que nos comiéramos, en fin... hay gente para todo, no es nuestro caso, eso sí, abultaban en el plato que daba gusto, ¡parecía que había algo y todo! Y, por último, los postres, y encima con vacile. Con la ridiculez que traía el camarero, cogí el plato y lo iba a poner hacia mí, pensando que habría otro para Isaac, cuando veo que recoloca el plato en el centro para que compartiéramos. Mmmm... ridículo. Eso sí, acompañando, un té que sí era aceptable, será porque no saldría de la misma fuente que el de la zona de descanso...

Y después de todo esto que habéis leído, decir que el pago hubo que efectuarlo por adelantado y que tienes que pagarlo al menos tres días antes de la fecha de la visita, que tienes que reservar con mínimo un par de semanas de antelación si quieres ir en domingo (día del kit) y que te van a tratar de tú en todo momento.

miércoles, 30 de enero de 2008

Exámenes de película...


"Apaguen sus teléfonos móviles; nada en las cajoneras; no pueden salir de la sala hasta el final del examen, ni siquiera para ir al servicio; no puede salir nadie hasta pasada media hora; no pueden intercambiar opiniones con sus compañeros; si tienen cualquier consulta levanten la mano y esperen a ser atendidos; tienen las instrucciones al principio de las hojas de preguntas; deberán rellenar únicamente las hojas de respuesta proporcionadas, no se admitirán hojas adicionales. Tienen dos horas y media desde este momento"

Así, para empezar. luego empiezan los carraspeos, la puesta de cronómetros, querer leer todas las hojas a la vez y al final decidir que lo mejor es empezar por poner el nombre en todas y luego leerlas una a una... Sabia decisión. Lees el primer ejercicio, que con algo de mala pata es un test de estos cabrones a pillar, crees que todas las respuestas son correctas y te encuentras la nota a pie de página que dice "sólo es correcta una respuesta por cada pregunta". Y ahí es cuando se te empieza a caer el mundo a los pies. En realidad te gustaría que se te cayeran las hojas de examen y echarles un vistazo rapidito a los apuntes que dejaste a los pies para aprovechar en caso de una oportunidad como esa, pero bien sabemos tanto tú como yo, que simplemente los dejaste ahí porque no te dio tiempo de meterlos en la mochila y te obligaron a quitarlo de la cajonera.

Cuando has terminado el test, pensando que has puesto una segura y las otras 6 al azar, te enfrentas al primero de los problemas, que lees y relees una y otra vez para asegurarte de que entre líneas no han puesto ningún dato que tenga que ver con la solución. Cuando estás a punto de ponerte a gritar, notas que empiezas a tener frío y a la vez empiezas a sudar. Tienes ganas de ir al servicio pero tampoco te dejan salir para eso. cuando por fin has contado hasta 10, ves todo más claro, tan claro que alcanzas a echar un ojo al reloj y ves que ya ha pasado la primera media hora y tu examen sigue tan impoluto como te lo dieron. Es entonces cuando avisan de que ha transcurrido el tiempo "de cortesía" y que quien lo desee puede marcharse. Es tu momento de dejar de sufrir, ir al servicio, comentar los carraspeos con tus compañeros peeeeeero... ¡no! ¡Si eres un genio y vas a sacar el examen con notaza! ¿A quién quieres engañar? 40 minutos y tu examen sigue en blanco. Lees el segundo y último problema. No te lo puedes crees, ¡tu golpe de suerte entrando por la puerta! Este es del tema que llevabas preparado, ¡es el tuyo! ¡Alto! ¡Oh no! ¿Mente en blanco ahora? ¡Si esto me lo sabía! Venga, ¡concéntrate! 'Begin' 'End' ¡Qué monstruo! ¿Ves como sabes de qué va? Sólo te quedan las 20 líneas restantes del algoritmo... Una hora.

To be continued...