domingo, 11 de marzo de 2007

La Siesta

"Las siestas son recomendables para refrescar la mente y ser más creativo".
Albert Einstein, físico

En general, pensamos que la siesta es de orígen español, mientras que nosotros lo único que hicimos fue darle su nombre actual, ya que también se disfruta de ella en paises como Grecia o China. Se produce como una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provoca una consiguiente somnolencia.

El nombre viene dado por "la sexta hora", que es como lo denominaban los romanos debido a que se produce en torno a la sexta hora del día, es decir, tomando como referencia por ejemplo las 8 am, la siesta se daría alas 14 horas. En general, por las costumbres de vida, se efectúa entre las 13 y las 16 horas, después de comer. La buena siesta debe estar en torno a la media hora de descanso y nunca sobrepasar la hora para no alterar el sueño nocturno.

Sirve para recuperarse del desgaste mental ya que el sueño regula el sistema nervioso central. También refuerza el sistema inmunológico, favorece un tipo de sueño profundo (de ondas de baja frecuencia) durante el que se segregan hormonas que renuevan los tejidos y fortalecen el sistema inmune. Favorece la memoria y los mecanismos de aprendizaje y aumenta la concentración, el rendimiento, la productividad y la creatividad y reduce los errores y los accidentes en el trabajo.

En algunos países, incluido España, las empresas han instalado "nap lounges", o salas de sueño, unos salones en penumbra con sillones acondicionados para desconectar después de la comida.

La siesta nunca debe servir para compensar las pocas horas de sueño nocturno. Su única misión es afrontar mejor el resto del día, ya que cumple las pequeñas necesidades de sueño que tiene nuestro cerebro entre las 2 y las 4 de la tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta hace unos meses yo era antisiesta, y lo sigo siendo, de todas maneras no hay nada como compartirla con alguien para que se difumine los malos despertares míticos de las siestas veraniegas. Estoy en contra de las salas de siesta de los trabajos porque la jornada laboral tiene que acabar antes, las tardes "libres" son necesarias para nuestra vida--> TRABAJAR PARA VIVIR (nunca lo contrario)